jueves, 23 de agosto de 2007

II

Había pasado la noche tratando de desembarazarse del calor de su cuerpo. Evitando el brazo que trataba de atraerla hacia él, y al mismo tiempo, de alguna forma, deseando que por fin lograra cogerla y apretar sus cuerpos desnudos uno contra el otro. Deseaba su sudor en la espalda y sentir su respiración en el pelo. Pero esta vez debía mantenerse firme.

El despertador parecía sonar mucho antes de lo esperable, debía estar estropeado. Las 7:15, imposible, no le había dado tiempo a dormir, casi ni le había dado tiempo a acostarse. Necesitaba dormir. Él se levanta y sale de la habitación, en seguida vuelve, coge su ropa y vuelve a salir. Las 7:45 -¿Dónde demonios se ha metido esta media hora?-. Hay que preparar el desayuno, guardar la comida en su bolso, las llaves... dejamelas, el beso que no le da, hasta luego, ducharse, la compra, buscar trabajo, sacar dinero, preparar los cursos, mirar el correo, mira por dónde vas... -¿Y mi mañana?-.

-¡Se acabó! Un mensaje... no es una llamada, así que no podrá colgarte y no es un mail, así que seguro que lo ve.

Sin respuesta. ¿Sólo pasaron 5 minutos?...

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